Momento Kodak: el fin de internet hasta como lo conocimos hoy.

R.E.M. – It’s The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)

R.E.M. anunció el año recién pasado el fin de su historia como banda activa, para dejarnos su gran legado, como una de las bandas más importantes e influyentes de la música de los los últimos 30 años, y la que cimentó en gran parte lo que hoy llamamos «rock alternativo». Se retiraron en lo más alto, publicando su disco final, Colapse into now (2011), a la altura de lo que fue su generoso catálogo, que desde 1983 nos brindó 15 discos de estudio, donde rescato uno de sus clásicos, It’s The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine), perteneciente al gran «Document» de 1987.

Título en alguna medida visionario para todo lo que estamos viviendo en estos días, y muy particularmente hoy. El mundo y nuestra sociedad global está revolucionado por muchas cosas durante los últimos meses, pero hoy fue particularmente movido para el mundo virtual que nos globaliza: Internet. La gran red virtual que comunica y mueve al mundo se enfrentó a varios hechos, que marcan un punto de quiebre en su historia, y a todo lo que viene por delante.

Hoy 19 de enero Kodak, uno de los imperios audiovisuales más importantes de nuestra historia reciente, se declaró en quiebra, al no poder asumir los costos de los nuevos tiempos, la digitalización y las nuevas tecnologías. Los rollos de fotos y el revelado ya no son el gran negocio de hace 15 años, y este gigante vió como sus piernas se hundían hasta más no poder. Falta de visión, ausencia de innovación, terquedad, ya no sirve de mucho buscar la causa, pero Kodak ya no va más como lo conocimos. Esto no es un detalle menor, ya que son muchos los imperios y negocios que hoy en día se ven enfrentados al mundo virtual e instantáneo que queremos y deseamos vivir, y no están muy entusiasmados a asumir los costos que todo eso conlleva. Los mismos costos que las disqueras no han renunciado a perder, en una constante lucha desde hace casi 15 años, abanderizada tras la lucha de los derechos de autor. Recordemos que Napster, la primera red símbolo de compartir archivos de música sufrió el embate de los sellos discográficos, e incluso de algunos músicos como Metallica, lo que los llevó a perder el juicio contra las multinacionales en 2001 por motivos del derecho de autor. En ese momento, todos pensamos que venían tiempos funestos para todo lo que es el «sharing» vía internet. Y no fue así…

El fundamento principal de los sellos, es que al compartir archivos de música vía internet, se fomenta la piratería y se vulnera el derecho de autor. Si lo pensamos así de simple, tienen quizás razón. El punto es que, 10 años después, la red ha demostrado que no está para saltarse los derechos de autor, sino que se saltan el negocio de los sellos por representación y marginación por venta de discos físicos. En estos 10 años las ventas cayeron en forma sostenida, hasta este 2011, cuando Adele comandó el primer repunte de las cifras de ventas de discos físicos, después de varios años. Eso, sin contar que, a pesar de ser números aún no tan considerables, el número de descargas pagadas por la red, ya sea por iTunes, Amazon u otros, muestra un crecimiento sostenido, y con señas de ser el mercado a explotar en el futuro.

Seamos sinceros, hoy los artistas grandes marginan muchas más ganacias por sus giras o presentaciones en vivo, que por la venta de discos, donde está el principal negocio de los sellos. Como a todo nivel de cosas, eliminar los intermediarios entre quienes generan y quienes reciben, no es un negocio atractivo, porque los que se llevan plata entremedio no están dispuestos a soltar a la vaquita que les da leche, y en muy buenas cantidades. Si queremos hacer un paralelo, es como que la Iglesia reconociera que la relación entre el creyente y Dios pudiera legitimizarse, perdiendo ellos toda representatividad y poder. ¿Inimaginable, no?

La gran discusión hoy por hoy se da en Estados Unidos, donde está debatiendose la ley SOPA (Stop Online Piracy Act), que busca frenar a quienes puedan colaborar en la distribución y acceso ilimitado a archivos protegidos por ley de propiedad intelectual, actuando principalmente contra quienes proveen el webhosting y soporte a los sitios donde se puede compartir los archivos que cada ususario posee, incluso obligándolos a dar los datos de los usuarios para evitar cárcel o cuantiosas multas. A todas luces, una caza de brujas, caiga quien caiga. Mientras esto aún se discute en el congreso estadounidense, con toda la controversia que ha generado por las implicancias que tiene sobre la libertad de expresión sobre los usuarios de la red, y los reclamos de sitios insignes como Wikipedia, Mozilla, Google, Yahoo, Twitter o Facebook, hoy jueves 19 el FBI dió curso a una orden de un juzgado de Virginia, clausurando Megaupload, uno de los portales insignes del almacenamiento de archivos para compartir entre usuarios, deteniendo además a algunos de sus trabajadores y comenzando la guerra por la libertad de los contenidos en la red, incluso antes de aprobarse la tan polémica ley SOPA.

La batalla comenzó. Sin esperar más, Anonymous, un grupo de ciberactivistas pro libertad de expresión y contenidos en la web, atacó y bajó de la red los sitios de Universal Music, el Dpto. de Justicia de USA, la RIAA (entidad encargada del derecho de autor de los músicos gringos), entre otros, para manifestar su malestar por la bajada de Megaupload.

La bolita ya empezó a correr, y no sabemos como terminará todo esto. Lo fundamental de la discusión no es el derecho de autor, que yo creo todos debemos tener disposición a respetar, sino el mantenimiento del negocio que se genera alrededor, que produce muchos dólares y no muchos están dispuestos a perder. Todo producto merece el respeto y las ganancias que genera directamente, pero el punto es todo el negocio indirecto. La irrupción de Napster marcó que la música no iba a morir, pero si el negocio como lo conocíamos hasta ese momento. Si quienes han hecho de su propiedad este mercado, no están dispuestos a enfrentar los nuevos tiempos, donde nuestras sociedades buscan terminar con los abusos de los grandes conglomerados mercantiles a todo nivel, por el hastío generado por el aprovechamiento de estos grupos, la batalla que viene por delante se avisora larga y cruenta, sin aún poder pronosticar un resultado para todo este asunto. El mercado de descargas digitales ya da señas de que por ahí va el asunto. El mercado audiovisual online también tiene que aprender que el usuario no necesariamente busca gratuidad, sino que abaratar los costos y mejorar el acceso a los contenidos. El éxito de Netflix frente a la competencia de Cuevana también señalan que hay mercado, y posibilidades para todos, el asunto es como. No se trata de imponer modelos, sino de adaptarse a los requerimientos del usuario del siglo XXI. Esta es una batalla que parece hoy sin ganador, pero ojalá que el tiempo ayude a la razón y ganemos todos, que es lo más importante. Nunca los grandes cambios pasan sin grandes perdedores, pero ahora vamos a luchar porque ganemos todos, no solo unos pocos. Mientras tanto, a defender nuestro derecho a una Internet libre y sin restricciones mercantilistas. Vamos CTM!!!!

Rage Against The Machine – Guerrilla Radio